No olvides que la verdadera belleza es una buena actitud. Y que eres increíblemente preciosa cuando eres auténtica.
Las mujeres auténticas tienen un toque natural de confianza, aunque pase el tiempo siempre está segura de quien es y va cumpliendo poco a poco lo que se proponga sin necesidad de ir comparando sobre los demás. Sin quejarse ni lamentarse y aunque tenga días malos, sigue adelante en firme convicción de luchar por sus sueños. Vamos ganando la confianza de los demás y la admiración de unas cuantas personas, con la verdad y sinceridad por delante ante todo y eso no te lo enseña nadie. Siempre al servicio de los demás porque nuestras metas van más allá de nuestros propios intereses y porque siempre debemos compartir hasta una simple sonrisa. Nunca dejes de ser auténtica mujer que ese será tu insignia para toda la vida.
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